16 y/o manifesto

17.9.15

it's not necessary to possess all that you love

learn to forgive, but also to let people go

develop your inner world, educate yourself, get rid of ignorance, absorb culture and wisdom

don't fall into hypocrisy, foolishness, victimism

some of the best people you'll ever meet will be unreachable for you, and you'll have to either learn to live that way, without the assurance of their presence, or have the discipline to let them behind and move on

things are temporary, and this can either be great for painful circumstances or painful for great circumstances

you have the right to be sad or to feel pain, even if this thing you're worried or upset about won't matter in ten years, even if someone else has it worse

sometimes people cannot stay for ver long, and we have to be thankful for the brief period of time they are allowed to be near us. we have to appreciate all the changes (even if subtle) and the new perspectives they brought into our lives, because even if we don't ever see them physically again, we will always have the wisdom, the memories, the lessons

you don't have to act a certain way just because. you shouldn't let anyone or anything define you, instead, create your own concept of yourself

remember that it's okay if you're not like the rest of the world. sometimes, being part of the outcast lets you notice all the things that the rest of the world cannot notice by themselves

be yourself. allow yourself that simple pleasure, not acknowledged enough but oh so lusted for by people for whom it's just "too late"

also, remember that it's almost never "too late". maybe you can still take up that hobby that everyone disapproved of, or tell that teacher how much he or she influenced you, or explain that friend how much he or she means to you, or whisper your grandma one last "i love you", or follow the dream you've had ever since you were a child. lost chaces would eventually become new chances, if only we had the courage it takes


Os preguntaréis qué es esto. Pues bien, ni yo misma lo sé. Tal vez son consejos que daría a mis futuros hijos. Tal vez son cosas que desearía haber sabido antes de actuar de cierta forma en el pasado. Tal vez son pequeños pensamientos que he tenido a lo largo de este verano... No estoy segura de cuándo escribí la primera frase o de cuándo escribí la última. Debe de haber al menos un par de meses entre ellas. De todas formas, creo que este texto es algo así como todo lo que he aprendido durante el año que tuve (y aún sigo teniendo, pero no por mucho tiempo) dieciséis años. Creo que cada fragmento resume todas las cosas que debí haber sabido en el pasado y que, incluso habiéndolas escrito, aún no sigo al pie de la letra. 

Total, que me dejo de rollos.

Esto es todo. :D

Vuelta a clase

13.9.15

¡Hola! Esta es una entrada que he estado pensando en hacer hace unas dos o tres semanas. Sabía que quería publicarla antes de que empezaran las clases, pero no me he sentado a escribirla hasta ahora, el día antes de volver a clase.


Hoy os quiero enseñar las cosas nuevas que he comprado para este curso. Primero de todo, las fotos las hice una tarde en que a veces estaba soleado y otras veces nublado, así que la luz de las foto no es la misma en todas. Bueno, vamos allá.

Cuando la locura se disipe

4.9.15



Tienes que saber que las horas de la noche son las peores,
porque deliro,
y si bien el planeta duerme
el caos no se detiene en mi mundo interno.
Tienes que saber que entonces se agudiza
todo aquello cuanto aborreces de mí,
que es cuando el sol se pone que me invade
la melancolía
y es cuando oscurece que se activan
los peores principios de la nostalgia.
Tienes que saber que serán horas duras,
y que soy consciente de la inconsciencia que me ciega,
pero es que entonces lo que tenía sentido
se torna absurdo
y lo absurdo
me torna necia.
Pero la necedad es un síntoma de las personas cuerdas,
así que ten paciencia,
porque una vez la locura se disipe
y la luna se evapore
y las estrellas se extingan,
es entonces cuando nace el día y, con él,
muere el ensueño de
mi delirio.




Segundo de bachillerato

2.9.15

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Para mí, septiembre siempre ha sido un mes raro. Septiembre es el mes de los comienzos. Comienzan las clases, comienza el otoño, y yo comienzo un nuevo año.

Nunca me ha gustado mucho mi cumpleaños. No me gustaba el hecho de invitar a mis amigas a casa para celebrarme a mí. De pequeña siempre tenía miedo de que nadie fuera a venir a mis fiestas, o de que si venía alguien se fuera a aburrir. Tampoco me gustaba lo de celebrar porque sí, que mis padres me forzaran a reunir a unas cuantas personas incluso si a mí no me apetecía.

Por otra parte, llega el frío, la lluvia, los días nublados. Vuelves a usar pantalones largos, jerséis, bufandas. Duermes con cinco mantas por las noches. En otoño el café sabe mejor que en verano. Qué queréis que os diga, adoro el otoño.

También están las clases. La mayoría de principios de septiembre los he vivido aterrada, imaginando todas las malas situaciones que estaría pasando en clase en tan sólo unas semanas. Hablar en público. Ver a gente que no me gusta. Hacer presentaciones orales. Estudiar asignaturas que no me entusiasmaban. Quedarme sola.

Septiembre siempre ha despertado en mí sentimientos confusos. Y este año no iba a ser la excepción.

No sé muy bien qué quiero decir con esta entrada ni de qué manera voy a hacerlo. Me convendría empezar por dejar las cosas claras. Este es mi último curso del instituto, y no tengo la mínima idea de qué pasará después.

El instituto ha sido el lugar donde he vivido algunos de los peores momentos de mi vida, pero puede que también algunos de los mejores. Comencé primero de bachillerato pensando que sería un año horrible, porque razones no me faltaban. Me llevé una grata sorpresa al comprobar que primero se convertiría en el mejor curso de todos. Y no es que faltaron los malos momentos. Es verdad que conocí a un par de personas muy especiales. Que aprendí mucho. Aprendí sobre historia, sobre la sociedad, sobre arte, sobre matemáticas, sobre idiomas, sobre literatura, sobre los humanos y sobre mí misma. Pero aprendí cosas sobre mí misma que desearía no haber descubierto. Dentro de mí hallé nuevos miedos y nuevas ansiedades.

Esos miedos y ansiedades son de lo que quiero hablar en esta entrada.

Empieza segundo de bachillerato, y con él se desencadenan ante mí preguntas a las que tengo que responder y opciones que debo escoger. Delimitar caminos y marcarme un plan nunca ha sido mi talento, pero ahora me veo obligada a ello.

Mi problema más inmediato es el Treball de Recerca, esa molestia normalmente odiada por todos los alumnos de Catalunya. Partiendo de la base de que sólo tengo dos páginas y media escritas y que, al intentar ponerme a hacer algo de verdad, me bloqueo y me siento incapaz... Creo que con eso lo digo todo. Ni siquiera quiero hablar de la exposición oral para ahorrarme algún disgusto mientras puedo.

Una vez me libre del Treball de Recerca y crea que puedo respirar libremente por un tiempo es cuando entra en escena la selectividad. Y antes de las PAU tengo que responder otra pregunta. ¿Qué voy a hacer? O tal vez... ¿qué quiero hacer? Aunque igual me conviene ¿qué soy capaz de hacer?

Supongo que la opción escogida por defecto para la mayor parte de los estudiantes es, apenas terminar bachillerato, ir a la universidad. He pensado un poco en tomarme un año sabático, pero me asusta un poco la idea de "perder tiempo".

Después está aquello que no se puede decidir en un solo curso, o en cinco años, o diez o quince (o igual algunos afortunados sí pueden). Decidir qué harás con tu vida.

Al comenzar primero de bach tenía bastante claro que me haría Publicidad y Relaciones Públicas o bien Comunicación Audiovisual. Pero entonces vi la luz y descubrí un grado llamado Llengües i Literatures Modernes. Entonces me debatí entre hacer algo que me apasionaba, como lo eran (y son) los idiomas y la literatura, o hacer algo que prometía, tal vez, un "mejor" futuro, pero que no me gustaba tanto como lo otro. Ahora me decanto más por alguna filología que Publicidad, la verdad. ¿Pero qué pasa si me estoy equivocando, de la misma forma que me equivoqué con Publicidad?

Seguro que esperáis que llegue a alguna conclusión inteligente que me asegure una vida cómoda y feliz. Lo cierto es que después de escribir este tochazo sigo con la mínima idea de qué hacer. Por ahora intentaré sobrevivir este mes y llegar a octubre entera.

Supongo que estas mini crisis existenciales las ha tenido todo el mundo. Decidme, ¿estáis teniendo o habéis pasado ya por una?