Dichterinliebe

5.10.15

Te amé como amaba a las palabras: por cómo sonabas al arder y por cómo disfrazabas tu alma con garabatos ilegibles.

Te amé como amaba a la poesía. Descifré cuidadosamente tus enigmas y metáforas, avancé con la calma que se emplea al recitar un poema.

Te amé como amaba al cielo. Acepté tu naturaleza cambiante, me conformé con soportar truenos y lluvia porque sabía que, en el fondo, tus horizontes estaban poblados de luz celeste.

He amado muchas cosas, pero amarte a ti era como amar el susurro del viento entre la copa de un árbol o el leve crepitar de los pasos sobre la tierra húmeda al amanecer: amarte a ti era una tarea sutil e inconstante.

No destaco por mi constancia ni me enorgullezco de mi torpeza, pero lo cierto es que suelo caer por esperanzas volubles y a menudo arraigo en terrenos oscilantes.