Si tenemos en cuenta que no soporto el calor y que siento una extraña mezcla de terror y ansiedad al pensar en todo el tiempo libre que tengo durante los próximos tres meses, podemos afirmar que no será un verano precisamente... bueno. Lo sé porque, en realidad, todo ese tiempo libre pronto se verá rodeado de un montón de faena que tengo para hacer un trabajo. Mejor dicho, el trabajo. Vivo en Catalunya y nos toca hacer el Treball de Recerca. Qué se le va a hacer.
A parte de ese pequeño asunto del trabajo, también tengo pensado hacer otras cosas.
Para comenzar, me gustaría documentar los detalles del día a día. No tengo que esperar a hacer algo realmente grande para sacar la cámara a la calle o, sencillamente, usar la cámara del móvil. Además, quiero escribir. Escribir mucho. Registrar y apuntar las pequeñas cosas que hago diariamente. Escribir más en mi(s) libreta(s). Escribir páginas sobre aquello que siento, aunque desgraciadamente mi mente no siente con palabras que existan y eso dificulte aún más la labor. Escribir todo aquello que nazca de mí. Acogeré cualquier frase, incluso los versos son bienvenidos.
Otra cosa que debí haber empezado a hacer en veranos anteriores es ver películas. Ahora que los días parecen durar cuarenta y ocho horas cada uno, puedo comenzar a descubrir buenas películas. Oh, y también tengo que ver algunas series. A principios de año, creo recordar, decidí ver todos los capítulos de Friends en orden, temporada por temporada. Para este verano aún me quedan cuatro enteritas.
Algo que he retomado con muchas ganas son los idiomas. Durante el curso no he tenido mucho tiempo de ponerme de verdad a aprender, pero este verano he decidido dedicarme a ello de verdad. Mi prioridad es el alemán, aunque también intentaré practicar algo de francés.
Mi lista de cosas por hacer estas vacaciones es algo extensa, así que sólo añadiré una cosa más: leer muchos libros. Ahora mismo estoy viviendo una temporada en la que no tengo especial interés por ningún libro y avanzo una página cada media hora. Espero poder cambiar esto pronto. Por ahora, estos son los libros que tengo por leer este verano.
El umbral de la eternidad de Ken Follett. Esperé todo el verano pasado a que saliera, y aun así no pude comprarlo debido al precio y a que los dos libros anteriores de la trilogía los tenía en edición bolsillo. Desconozco la razón por la que han de pasar años, incluso siglos, antes de que un libro tenga su edición bolsillo, así que cuando vi una edición nueva de tapa dura en un puesto de Sant Jordi, en Barcelona, el pasado abril, tuve que comprarla, porque sólo me costó cinco o seis euros.
La Regenta de Leopoldo Alas "Clarín". También lo conseguí en Sant Jordi.
Rojo y negro de Stendhal y Papá Goriot de Honoré de Balzac. Tenía ganas de leer algo de literatura francesa, y estos dos los recomendó Emy en uno de sus videos.
Azul y Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío. Este lo compré porque, junto a los dos de arriba, me salía más barato. Dejando de lado los motivos económicos, también tengo ganas de leer algo de poesía.
El extraño caso de Dr Jekyll y Mr Hyde de Robert Louis Stevenson. Las novelas policíacas, de intriga, de misterio, de terror y todas esas cosas son lo último que leería. No sé exactamente si Dr Jekyll y Mr Hyde pertenece a esos cuatro géneros, pero tengo entendido que la cosa va por ahí. En principio, este libro iba a ser un regalo, pero al final acabé quedándomelo y comprando uno diferente para regalar.
On the shortness of life de Séneca. Nunca he sido muy de leer filósofos, pero recientemente me he interesado por Séneca y he leído un par de cosas que ha escrito. Este libro lo compré por puro capricho, ya que el día anterior ya había gastado dinero en libros. Pero bueno, esperemos que valga la pena.
Ha quedado una entrada más larga de lo que pensaba. Sé que no escribo hace un montón, pero intentaré publicar más este verano.
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